| He
      dado a entender que se celebraban Misterios Menores y Mayores en Eleusis,
y ya que es obvio que los primeros eran en cierto sentido una introducción
a los segundos, parece razonable suponer que juntos formaban una unidad, del
mismo modo que el grado de Novicio en la alta Orden de Caballería conducía
al título de Caballero y estaba incompleto sin él. No obstante,
M. Ouvaroff, un escritor francés de principios del siglo diecinueve, afirmó como
puntos altamente probables 1) que los Misterios Mayores eran completamente distintos
de los Menores; 2) que no hay ninguna prueba de que todos los Mystae pudieran
convertirse en Epoptae; 3) que si hubiese sido posible tal progreso indiscriminado,
los Misterios Mayores habrían sido traicionados casi con certeza; 4) que
había un principio de selección en el trabajo y un muro divisorio
en forma de una doctrina doble; 5) que los Misterios Menores no enseñaban
nada en conflicto directo con el politeísmo, pero que 6) los Misterios
que venían a continuación impartían nociones justas con
respecto a la Divinidad, la caída del hombre, su inmortalidad y el modo
de retornar a Dios; 7) que de acuerdo con Galeno los hierofantes
entregaban ciertos libros secretos a los Epoptas que sólo ellos
podían leer. La hipótesis de Ouvaroff acerca de una puerta sellada
entre los dos Ritos y de su apertura sólo a aquellos que eran favorecidos
por una elección especial no está sostenida por ninguna evidencia.
Unos veinticinco años antes, el Barón de Sainte-Croix afirmaba
que la difusión del Cristianismo en Grecia hizo que los Guardianes de
Eleusis fueran mucho más cuidadosos con las admisiones a los Misterios
Mayores, y esta es la razón por la que de acuerdo con Tertuliano había
un intervalo de cinco años entre ambos Ritos, mientras que al parecer
en los tiempos antiguos, según el testimonio autorizado de Plutarco, un
Mysta podía convertirse en un Epopta un año después de su
iniciación. Preliminares
  de la Iniciación y la ElevaciónHabiendo visto como
        la Suggestive Enquiry interpreta las lustraciones de los Misterios
        y las experiencias trascendentales que se supone que seguían a continuación,
        hemos de explicar que los Candidatos a los Misterios Menores eran requeridos
        para bañarse en el río Iliso, tras lo cual el Dadouchos,
        oficiante de la ceremonia, hacía que colocasen sus pies sobre las
        pieles de las víctimas que habían sido sacrificadas a Júpiter.
        Se trataba, pues, de una observancia simbólica sin una eficacia
        inherente. La lustración estaba precedida de un ayuno y continuaba
        con una promesa solemne de secreto. El Candidato a los Misterios Mayores
        también se preparaba con un ayuno, con un Rito de Ablución
        en el agua salada del mar, y finalmente, con el fuego; se supone que las
        llamas de ciertas antorchas que eran pasadas de mano en mano purificaban
        al grupo o cohorte de Postulantes. Éste era nuevamente un procedimiento
        convencional, al igual que la continencia sexual impuesta en ambos casos
        antes de la participación en los Ritos. No había nada ex
        opere operato, aunque hay que entender que la impresión que
        produjo en los espíritus de Platón o Proclo debió diferir
        genéricamente de lo que experimentó Alcibíades. Mientras
        que este último compuso una burla vergonzosa de los secretos procedimientos
        en estado de embriaguez durante una orgía, Platón afirma
        que las ceremonias de purificación liberaban a quienes pasaban por
        ellas de la culpa y las consecuencias de los crímenes, no sólo
        en la vida terrenal sino también tras la muerte. Por tanto, Platón
        las comprendió sacramentalmente, como el signo exterior de una gracia
        interior, o del mismo modo en que se entiende el sacramento de la confesión
        en la Iglesia Latina supeditado a la adecuada disposición
        del penitente y a que haya vuelto su corazón hacia Dios. Decir
  otra cosa es desvariar.
 Los
      Ritos de AgraLos
      Misterios Menores tenían lugar en Agra, en las orillas del Iliso, y los Mayores, en
      Eleusis mismo, al lado del mar. Un comentario curioso acerca de las especulaciones
      de Ouvaroff es que en los recuerdos del pasado, en términos comparativos,
      hay bastantes menciones a aquellos Ritos que su hipótesis supone
      haber estado protegidos por un muro de doble doctrina y una ley estricta
      de selección, mientras que no hay prácticamente nada sobre
      el proceder de los Ritos introductorios. Obviamente, éstos eran
      de una modalidad preparatoria en relación con aquellos que venían
      a continuación, y de ahí que se los haya descrito en términos
      que sugieren que sólo implicaban ceremonias de purificación.
      Hemos visto, no obstante, que los Misterios Mayores estaban precedidos
      por purificaciones de un tipo mucho más elaborado. Cualesquiera
      que fuesen las distinciones entre unas y otras, todas estaban ligadas por
      el nexo de la Leyenda Eleusina, la cual estaba distribuida de manera tal
      que los Misterios Menores representaban el retorno de Perséfone
      a la tierra mientras que los Misterios Mayores reflejaban su descenso a
      las regiones infernales y su experiencia en ellas. Según Clemente
      de Alejandría, los primeros constituyeron los cimientos de las doctrinas
      ocultas y su superestructura fue erigida mediante los segundos. Se ha supuesto
      que la base de los Misterios tenía que ver con la necesidad de la
      virtud frente a una Providencia Divina vista como algo situado por encima
      de la especie de 'esquema de provisión' que podría connotar
      el mito general del Panteón griego. También se ha dicho que
      las representaciones de los Misterios Menores estaban diseñadas
      con el fin de exhibir la condición de un alma impura investida de
      un cuerpo terrestre "e inmersa en una naturaleza material". Hasta aquí,
      en tal caso, eran una instrucción moral, una recomendación
      de la vida de la razón en oposición a la vida de los simples
      sentidos y sus apetitos. De acuerdo con Warburton, "no se pretendía
      exigir al iniciado nada difícil que no se le ayudase a realizar".
      Había sacrificios a Deméter y Perséfone, y parece
      que los neófitos recibían instrucciones que estaban destinadas
      a ser desarrolladas más completamente en el estadio siguiente. Pueden
      haber tenido que ver con esa "renovación de vida y nuevo nacimiento
      en el hombre" que según Müller estaba implícita
      en la leyenda de Perséfone, quien personificaba originalmente "la
      desaparición y el retorno de la vida vegetal en la sucesión
      de las estaciones" pero se convirtió en la reina de los muertos
      o de aquellos que eran introducidos en la tierra y regresaban de su interior.
      Las representaciones de Agra concluían con la entronización
      de los Candidatos y la celebración de una danza ritual a su alrededor,
      según el Barón de Sainte-Croix aunque la autoridad
      es Dion Crisóstomo, cuya referencia directa eran, no obstante, los
  Misterios de Samotracia, y en particular, su escena final.
 Los
      Misterios MayoresLos
      Misterios Menores y los Mayores eran precedidos y sucedidos por una tregua
      por parte de aquellos
      que estaban en guerra: se dice que era proclamada en todas las ciudades
      y que era aceptada y observada por todos. En una palabra, la Hélade
      externa era puesta en un estado de reposo simbólico que podía
      dar lugar a las actividades sacramentales de la Hélade mística
      escondidas en el corazón de su religión. Los Festivales de
      los Misterios Mayores comprendían un periodo de nueve días
      sin incluir los Juegos Eleusinos, que naturalmente no formaban parte de
      los Ritos y se celebraban a intervalos establecidos aparentemente,
      cada tercero y quinto año. Sólo puedo hablar del proceder
      ceremonial sucintamente. 1) El Primer Día estaba dedicado a las
      Purificaciones Rituales, y los Candidatos eran reunidos fuera del Templo.
      2) El Segundo Día era el de la inmersión en las aguas limpiadoras
      del mar, en el periodo de luna llena o cerca de él. Era contemplado
      como un Rito de Regeneración, y deduzco que es por ello que los
      participantes en los Misterios de Eleusis eran llamados Hijos Regenerados
      de la Luna. 3) El Tercer Día era el del Ayuno Negro del Rito, y según
      Plutarco era también un día de luto y de observancia
      ceremonial triste. Proclo dice que esta observancia conmemoraba las lágrimas
      de Ceres y Proserpina. Además estaba consagrado a la continencia,
      y encontramos vagas alusiones a un ceremonial del pastos o lecho
      místico que presumiblemente involucraba alguna prueba de mérito
      a tal respecto: simbolizaba la resistencia de Proserpina en su noche de
      bodas en el Hades. Finalmente, cada Candidato sacrificaba un cerdo joven
      que había sido purificado el día anterior en las aguas del
      océano. 4) El Cuarto Día era de procesiones, y se infiere
      de los comentaristas de Aristófanes que también se realizaban
      danzas místicas en un prado cubierto de flores. 5) El Quinto Día
      estaba marcado por la ceremonia de las antorchas que ha sido mencionada
      en relación con el simbolismo de la purificación por el fuego.
      Los portadores de las antorchas eran, de manera más especial, los
      Candidatos, quienes entraban en el Templo de Ceres de dos en dos, y se
      dice que las llamas difundían un aroma inefable. Durante la ceremonia
      prevalecía un silencio de veneración puesto que se conmemoraba
      la búsqueda de Deméter, quien encendió una antorcha
      en la oscuridad sobre los fuegos del Etna y así buscó a Proserpina.
      6) Parece que la procesión de antorchas del Quinto Día era
      una observancia que se cumplía con luz de día; el Sexto Día,
      no obstante, estaba consagrado a Yaco y se portaban antorchas en la oscuridad
      al traer su estatua de Atenas. Yaco forma parte de los Ritos de Eleusis
      siendo hijo de Zeus y Perséfone y habiendo asistido a Deméter
      en su búsqueda. Éste era el festival más popular de
      todos los que jalonaban el progreso del Rito. De Atenas a Eleusis, la multitud
      acudía de todas partes para tomar parte en los sacrificios, las
      libaciones y las danzas que se celebraban en los santuarios del camino.
      Todo el mundo llevaba coronas de mirto y los diferentes tipos de instrumentos
      musicales contribuían con su clamor a la procesión. Se advertirá que,
      pese a la reserva que caracterizaba a los Misterios en sí, no había
      ninguna con respecto a sus aspectos exteriores; del mismo modo que los
      Candidatos procedían de las cuatro partes del mundo conocido, resultaba
      que todo Atenas tomaba parte en la observancia, saludaba a aquéllos
      cuyas iniciaciones y elevaciones mantenían la conmemoración
      nacional y combinaba su bienvenida con burlas. No sé a qué hora
      salía la procesión de la ciudad probablemente al despuntar
      el alba, pero la media noche ya había caído sobre Eleusis
      antes de que la comitiva llegase allí, de modo que ésta se
      había convertido horas antes en una gran procesión de antorchas.
      7) La Celebración de los Misterios comenzaba durante la sexta noche.
      Se ordenaba a los profanos e impuros apartarse del recinto, se abría
      el Templo de Deméter y los Candidatos entraban con la vista cubierta.
      También eran desnudados y revestidos con prendas de piel. Habiendo
      la mayor de las oscuridades, en medio de una furia sonora terrorífica,
      se mostraba a los Mystae la visión del Tártaro y de
      sus tormentos por medio de una representación; a continuación
      venía la visión del Elíseo. Se habla de (a) melodías
      celestes, (b) un cielo despejado, (c) perfumes fragantes y (d) prados floridos
      poblados por los Elegidos, quienes como un escritor moderno se ha
      atrevido a decir "danzaban y se divertían con juegos inocentes
      y pasatiempos". Tal era la vida bendita por venir que ofrecía la
      iniciación en Eleusis la Better Land de la Sra. Hemans
      establecida con menor intensidad. 8) No está claro en los registros,
      pero es probable que la estatua de Yaco fuese transportada de vuelta a
      Atenas en el Séptimo Día con las mismas observancias. En
      cualquier caso, los Candidatos o al menos, los que eran llamados
      a participar en el último Grado de los Misterios, el de los Epoptae se
      quedaban alrededor del recinto del Templo. Entre esta elevación
      y la anterior pasaban doce meses completos. Tenía lugar en la Séptima
      Noche, y ha sido descrita por Hipólito nuestra única
      y muy tardía autoridad como el "Sagrado Matrimonio de Zeus
      y Deméter". Estas divinidades eran personificadas por el Hierofante
      y la Alta Sacerdotisa también llamada Hierophantide,
      quienes se dice que se retiraban a la oscuridad durante un periodo que
      simbolizaba la noche de bodas y retornaban radiantes con esplendor, llevando
      el Hierofante una espiga de trigo, "el más perfecto misterio de
      los Epoptae" según Hipólito. Aquél proclamaba
      al presentarla el nacimiento de un niño sagrado. En una lectura
      espiritual de ello de acuerdo con la ciencia de la mística,
      no cabe duda de que se trata de una simbólica muy alta y plena,
      pero queda como una cuestión abierta saber en qué modo era
      comprendida por el común de los Adeptos. 9) Los Misterios Menores
      se repetían en el Octavo Día, según nos informa Filóstrato,
      en beneficio de los Candidatos retrasados. Ello se justificaba por la leyenda
      de Asclepio, quien llegó de Epidauro después de la primera
      celebración siendo ésta repetida en favor suyo. 10) En el
      Día Noveno no había más observancia ceremonial que
      las libaciones de vino, el cual era vertido con dos aguamaniles, uno hacia
      el sol levante y otro hacia el sol poniente; el sacerdote que oficiaba
      miraba sucesivamente hacia el cielo y la tierra, el padre y la madre de
  todas las cosas. Esto está dicho con la autoridad de Proclo.
 Una Conclusión
      GeneralEstamos ahora
      en condiciones de enjuiciar la tesis relativa a los Misterios formulada
      con palabras de gran solemnidad en la Suggestive Enquiry. El místico
      no era unido a la Naturaleza Divina por medios divinos; no recibía
      la iluminación divina ni participaba en la substancia de la Deidad;
      no era liberado espiritualmente por las lustraciones practicadas en los
      Ritos; no pasaba por una muerte figurativa inducida por un trance magnético
      o de otro tipo; y tampoco lo Divino en su interior era asimilado por lo
      Divino en el universo. El encanto romántico de la iniciación
      es una cosa, pero los hechos recordados son otra y muy distinta, desafortunadamente.
      Si hubiese podido presentarlos como tales o hubiese podido hacerlo confiando
      en la visión de otro testigo, habría alcanzado antes y más
      simplemente la meta de mi investigación. Así, resulta que,
      en vez de una iluminación comunicada directamente por aquellos que
      estaban iluminados Adeptos y Epoptas en el sentido trascendente,
      o "hierofantes resplandecientes con la Deidad", 1) los Candidatos
      de Eleusis eran testigos o bien participaban de una representación
      dramática que, a grandes rasgos, es comparable a los procedimientos
      rituales de la Masonería; 2) que, aparentemente, la iniciación
      y la elevación tenían lugar de forma multitudinaria, y a
      ellas acudían los filósofos, los estudiantes pobres y la
      gente común a pie, mientras que los ricos eran trasladados en carros;
      3) que allí se ofrecía pues lo era una gran y
      desordenada variedad de visiones objetivas, representaciones escénicas
      y más cosas; 4) que era asunto del auditorio extraer provecho de
      ello o no; 5) que la mayoría de los iniciados se marchaban llevando
      consigo, principalmente, una instrucción ampliada acerca de "un
      futuro estado de recompensas y castigos" además de los secretos
      oficiales y de todo lo que podía haber de recuerdo precioso en los
      discursos de los hierofantes acerca de lo cual no sabemos nada en
      absoluto; 6) que, en palabras de Isócrates, el premio duradero
      eran "unas expectativas agradables en lo tocante a la muerte y la eternidad".
      Según Aristóteles, los iniciados no aprendían nada
      en un sentido concreto sino que sólo recibían impresiones,
      y el alemán Lobeck, presumiblemente en base a esto, ha afirmado
      que los Misterios de Eleusis eran, en realidad, "asuntos insignificantes".
      Pero si preferimos la evidencia de Platón, los Misterios fueron
      establecidos "para mejorar la crueldad de la raza, exaltar su moral y refinar
      sus modos". Por lo tanto, digámoslo de nuevo, los Misterios eran
      como la Masonería, un sistema de alegorías y símbolos
      que encubre una enseñanza ética y espiritual cuyo valor final
      reside en guiar la vida de la doctrina impartida en su seno.
 Doctrina
      de los MisteriosPermanecen
      por encima de todas los cuestiones tratadas aquellas cosas que necesariamente
      se nos
      escapan porque los memoriales guardan silencio acerca de ellas, recordando
      las plegarias de los Misterios. ¿Qué eran aquellas frases
      inscritas en el Petroma o tabla de piedra que son descritas como
      una lección terrible? ¿Se enseñaba en Eleusis la doctrina
      de la unidad en Dios más allá de todas las máscaras
      e imágenes de la mitología griega, tal como Warburton y otros
      han creído? ¿Era la doctrina secreta, por el contrario, un
      invento tardío y vago acerca de aquélla, que trataba de leyes
      y legisladores, del descubrimiento de la agricultura y de la preparación
      de la siembra y de la cosecha, tal como el Barón de Sainte-Croix
      concluye? La veneración por los Misterios que muestran los grandes
      filósofos espirituales impide esta segunda visión, y a partir
      de las consideraciones hechas anteriormente, es más razonable inferir
      que la gran representación no estaba desprovista de un gran significado
      en su contexto de lugar y periodo. Warburton parece estar más próximo
      de la verdad que otros que han expresado dudas acerca de sus hallazgos;
      o bien la Doctrina de la Unidad Divina entró en la filosofía
      procedente de los Misterios, o bien la filosofía interpretó los
      Misterios en el sentido de su propia doctrina. La vía del medio
      indicada por Lenormant, donde nadie puede hablar con certeza, es quizás
      la más sabia. "En la iniciación mayor", dice, "lo que era
      presentado a la contemplación de los epoptai debía
      consistir en mitos más complicados y ajenos a la religión
      pública, mitos a los cuales se atribuía un significado más
      profundo y que proporcionaban un mayor conocimiento de la naturaleza interior
      de los dioses. De aquí deriva su nombre, epopteia y, sobre
      todo el término más significante de autopsia, el cual
      indica muy claramente que los epoptai tenían fama de contemplar
      a los dioses cara a cara en su misma esencia". Naturalmente, es obvio que to
      on,
      entia y essentiae no se ven cara a cara, pero tiene
      un significado simbólico que al dios del inframundo se le represente
      por medio de una gran oscuridad y a Zeus como un fuego sin forma. Así,
      también el héroe de Apuleyo, testificando acerca de sí mismo,
      dice: "Vi al sol brillar en las altas horas de la noche con un esplendor
      luminoso". Debemos recordar, no obstante, que en un momento avanzado de
      los Misterios, los Candidatos contemplaban una imagen de Deméter
      vestida gloriosamente y manifestada en una luz deslumbrante, y que esto
  es ver "cara a cara" simbólicamente.
 Traducción:
  Marc García.  |