Antolog'a de Textos HermZticos
LAS FUERZAS SAGRADAS DEL UNIVERSO MAYA
MERCEDES DE LA GARZA
2ª Parte (4)

LOS RITOS
(continuación)

La idea del hombre y la sacralización del gobernante 
En el universo maya impregnado de sacralidad, fuente del movimiento, de la vida y de la muerte, el hombre está en total armonía con la naturaleza. Según los mitos, el hombre está integrado al universo porque su ser está constituido de sustancias vegetales, animales y divinas, pero al mismo tiempo es un ser distinto de los otros, porque es un ser consciente que puede conocer y dirigir el cosmos espacio-temporal mediante su acción ritual. Estas ideas están presentes en los vestigios arqueológicos del período Clásico; por ejemplo en la extraordinaria sepultura del Templo de las Inscripciones de Palenque, donde el esqueleto del gobernador, conocido ahora bajo el nombre de Pacal, lleva una esfera de jade en una mano y un dado en la otra, los dos símbolos cosmológicos fundamentales del cielo y de la tierra, el tiempo y el espacio. Ello significa que este hombre era consciente de su universo y vivía en armonía con él. 

Por ser responsable de la existencia del cosmos, el hombre ejercía la función de axis mundi, representado en numerosas obras prehispánicas, entre otras en la estela 25 de Izapa, por ejemplo (fig. 2), de la cual hemos hablado ya, y en la piedra tumbal de Pacal (fig. b Palenque). En ésta el gobernador está representado en el centro, entre el cielo y el inframundo, en la tierra y precisamente en la base de la cruz, eje del universo, una de las imágenes plásticas del dios supremo Itzamná. 

Los hombres representados en las obras clásicas son, en general, gobernadores, llamados Halach uinicoob, "Hombres verdaderos", por los Mayas de Yucatán; sin embargo en algunas obras pictóricas o escultóricas vemos también a los hombres del pueblo, pero estos aparecen siempre en relación con los gobernadores y muy a menudo en acto de sumisión, como en el Templo de las pinturas de Bonampak. 

Barras ceremoniales. Dragón celeste bicéfalo.
43. Barras ceremoniales representando el dragón celeste bicéfalo.
Arriba: estela N de Copán. 
Abajo: estela P de Copán (dib. de G. Bustos, basados en Robicsek, 1972). 

El símbolo principal del gobernador es el dragón que, en tanto que potencia celeste, creador, ordenador, le confiere el poder de gobernar y, como potencia terrestre, le transforma en un ser sobrenatural. El gobernador, representado en múltiples estelas y dinteles del área central maya, lleva el dragón celeste sobre el pecho y la serpiente bicéfala como echarpe ceremonial (fig. 43); lo sostiene en la mano bajo forma de cetro o bastón maniquí (fig. 33), y lo lleva también en la cofia y en otros atavíos como cinturones, anillos y sandalias. El dragón simboliza de esta manera la omnipotencia del gobernador, que está además representado con cara de rasgos de dragón para mostrar su asimilación con la divinidad suprema (fig. 44).61
Estela 1 de Copán.
44. Estela 1 de Copán. Gobernante con rasgos de dragón en el rostro. 668-731 d.C. 
(dib. C. Ontiveros, basado en Robicsek, 1972). 

Los gobernadores llevaban también cetros, que simbolizaban el axis mundi, con la divinidad celeste. Por ejemplo en los dinteles 2 (fig. 8) y 5 (fig. 7) de Yaxchilán, se ve personajes que sostienen cetros en forma de cruz con flores en los extremos de la barra horizontal, esquematización del árbol eje del mundo, en lo alto de los cuales hay quetzales que descienden. Se trata de otra manera de expresar que el mandatario detenta en sus manos el poder conferido por la divinidad celeste, poder que se extiende a las cuatro esquinas del cosmos. 

Ritos iniciáticos y prácticas chamánicas de los gobernantes 
El poder adivinatorio de los gobernadores no era innato, sino adquirido mediante la práctica de un estricto ritual de iniciación, seguramente para acceder al trono, y por prácticas ascéticas continuadas cuando había llegado a ser el hombre principal. Así pues, los gobernadores mayas de la época Clásica, como numerosos curanderos y adivinos mayas actuales, eran chamanes. 

Múltiples obras escultóricas, como los dinteles de Yaxchilán, nos muestran a los monarcas saliendo de las fauces de grandes serpientes (pl. 98). El personaje lleva los instrumentos para el autosacrificio, uno de los principales ritos chamánicos, los cuales los recibe de una mujer que a veces le presenta el paquete sagrado de los bienes "parafernales" chamánicos,62 símbolo también del poder supremo. En el zoomorfo P de Quiriguá (fig. 26), el gobernador emerge de la boca del monstruo terrestre emparentándose así con el Sol, del cual vemos a menudo la imagen salir de la boca del dragón. El gobernador es el Sol del mundo humano. 

Claude Baudez, haciendo el análisis iconográfico del friso de la Casa de los Cuatro Reyes de Balamkú, escribe al respecto: 

"Además de ilustrar con detalle los aspectos opuestos y complementarios del inframundo, ello muestra que al ciclo dinástico se le compara con el ciclo solar. Esta concepción de acceso al trono está ilustrada por el rey saliendo de la boca del monstruo terrestre, como el Sol surge de la boca de la Tierra; la muerte del rey es vista como la puesta del Sol, cuando cae en la boca del monstruo terrestre, como el rey Pacal de Palenque representado en la tapa de su sarcófago."63  
 

La idea del Sol saliendo de la boca del monstruo terrestre hace también alusión a una iniciación de los dioses que se comparaba a la de los gobernadores, puesto que él viene del mundo inferior, donde es resucitado cada mañana; y recordemos que en el Popol Vuh los personajes que se transforman en Sol y Luna pasan primero por una iniciación de muerte en el mundo inferior y un renacimiento para acceder al cielo. 

Estas representaciones de los gobernadores clásicos son, sin ninguna duda, las expresiones de ciertos ritos de iniciación relatados en los escritos,64 y que han sobrevivido hasta hoy entre los Mayas y otros pueblos mesoamericanos. Los ritos iniciáticos preven que después de un largo aprendizaje, el iniciado va a un lugar oscuro y lejano, en los bosques o las montañas, y se sitúa cerca de un hormiguero de donde sale una enorme boa, símbolo de las fuerzas telúricas, que lo engulle, lo tritura en su garganta, y seguidamente lo regurgita. Así el chamán aparece como un hombre sacralizado que ha adquirido a través de la serpiente capacidades sobrenaturales, lo que le permite ejercer un poder sobre los otros hombres. La serpiente juega aquí el papel de demiurgo o "Maestro de la Iniciación". Una vez sacralizado, el chamán puede practicar el tránsito extático y utilizar las plantas sagradas (alucinógenas y medicinales) para ejercer la adivinación y la curación. 

En los templos de las Cruces de Palenque, al lado del ciclo solar y del ciclo del maíz, se encuentra representado un ciclo iniciático de los gobernadores. Schele y Freidel dicen que los tres santuarios simbolizaban la entrada al inframundo y que relataban el viaje hacia la región infraterrestre de los gemelos del Popol Vuh.65 Pero los relieves de estuco que decoraban los frisos norte y este del Templo de la Cruz (dibujados por Maudslay), y de los cuales no queda hoy más que fragmentos, representaban una vista frontal del dragón con la boca abierta (fig. 46). Es por esto que se trata de un "templo-monstruo", cuya fachada principal debía también llevar la cabeza del dragón cuya boca era la entrada del templo, por consiguiente era un templo iniciático66, lo que confirma los ritos de iniciación de los gobernadores representados aquí. 

La transfiguración de aquellos que detentan el poder, los antiguos Halach uinicoob, "Hombres verdaderos" y los actuales chamanes, está ligada a la serpiente o al dragón terrestre, porque es un animal telúrico, del inframundo, encarnación de la muerte, y la iniciación implica morir para renacer sacralizado; además, porque la serpiente es el animal que se transforma resucitada por ella misma, abandonando su vieja piel y renovándose cíclicamente como la vegetación, deviene inmortal. La serpiente dota al hombre de sacralidad porque es el ser ligado a la energía vital cósmica y divina, con la Gran Madre tierra, con el agua, con el falo y la sabiduría. Por eso el hombre que se liga a ella adquiere sus cualidades; aquel que es engullido por la serpiente muere para resucitar, transfigurado en hombre capaz de acceder a los misterios ocultos del cosmos, a los secretos de la vida, de la muerte y del futuro.67

 Traducción: Miguel A. Aguirre

 

2ª Parte (5)

NOTAS 
61 Ver Garza, Mercedes De la, El universo sagrado de la serpiente entre los mayas, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Estudios Mayas, 1984.
62 Según los textos coloniales, este paquete era el símbolo principal del poder, y contenía los instrumentos para el autosacrificio, piedras sagradas, hongos y plantas alucinógenas y curativas, así como otros objetos utilizados por los chamanes.
63 Baudez, Claude F., "La casa de los cuatro reyes de Balamkú"..., p. 40.
64 Ver Garza, Mercedes De la, El universo sagrado de la serpiente entre los mayas...
65 Schele, Linda, David Freidel, A Forest of Kings. The Untold Story of the Ancient Maya, New York, Quill William Morrow, 1990, p. 239.
66 Ver apartado Los espacios sagrados.
67 Ver Garza, Mercedes De la, El universo sagrado de la serpiente entre los mayas...


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